Vivimos en el mundo de la inmediatez. La prisa se ha instaurado en nuestros cuerpos. “Click” ¡Compra realizada! “ding-dong” ¡Pedido entregado en menos de 24 horas! ¿Desconoces el significado de algo? ¡No hay problema, entra en Google y haz click en “buscar”! y como esto un largo etcétera.
¿Lo notas? Es frenético.
Desafortunadamente, este principio no aplica a la construcción de marca.
Las grandes marcas se construyen paso a paso y se afianzan con el tiempo. Piensa en las marcas que te acompañan en tu día a día, aquellas a las que quieres, admiras o valoras, ¿estaban contigo hace 5 o 10 años? Apple, Nike, Google, por nombrar algunas. El valor de esas marcas no se construyó en un día.
Su grandeza viene de la constancia, el tiempo, el esfuerzo, y la inversión en comunicación para transmitir su valor.
Cuando nos fijamos en ellas parece sencillo, pero sólo vemos la punta del iceberg. Por debajo del agua hay años de esfuerzo continuado. Están donde están porque han demostrado de forma sostenida que aportan valor a nuestro día a día.
Un logotipo no tiene significado hasta que tu audiencia se lo otorga.
Tomemos el logotipo de alguna de ellas como ejemplo. Una marca no es solamente su logotipo, pero su valor específico es uno de los elementos que podemos utilizar para medir el valor global de una marca. Esto además me sirve como ejemplo para que hagamos un pequeño ejercicio juntos. ¿Te parece?
Retrocedamos en el tiempo 40 años.
¿Qué crees que pensaron aquellas primeras personas que vieron el icono de una manzana mordida?
El icono de Apple entonces no valía nada. Su audiencia aún no le había otorgado un valor. Su percepción de entonces se limitaba al reconocimiento de una pieza de fruta.
En aquel momento recibir una carta con el icono de apple, a máximos produciría curiosidad. Ahora bien, ¿qué significa para ti recibir un paquete de Apple hoy en día? ¿Observas alguna diferencia?
Primeras impresiones. Percepciones.
Desde la creación de su ahora famoso icono, Apple ha construido de forma implacable una impresión impactante tras otra, ayudando a sus clientes a tener una visión precisa de la marca. Comunicaron que su marca estaba en otra liga, que habían venido para cambiar el mundo y lo respaldaron desarrollando productos, servicios y campañas. Con un cuidado minucioso e intencional, Apple fue construyendo su marca hasta el punto de hacernos sentir orgullosos de tener un producto suyo. Nos hicieron formar parte de la tribu Apple.
No existe un botón que podamos pulsar para crear de forma instantánea una marca de éxito. Si una empresa quiere resistir a la prueba del tiempo, su marca ha de hacerlo también. No hay atajos.
Comunica tu visión, mensaje y valores de forma constante, hazlo de forma humana y auténtica y repite el proceso una y otra vez.
Crea productos, servicios y mensajes relacionados con la marca y el negocio y hazlo con coherencia. Con el paso del tiempo, tus clientes descubrirán que tu perseverancia merece su lealtad, que tu marca, la merece.
Si tu organización quiere trabajar con nosotros para resolver alguno de estos problemas, puedes ponerte en contacto con nosotros en info@sehaidoyamama.com
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